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25
JUL

El futuro de Cartagena de Indias, del norte de Bolívar, del sur del Atlántico, del norte de Sucre y del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo depende de las obras en el Canal del Dique

Está en juego el futuro del territorio y la competitividad del país.

De tener e?xito la oposicio?n a la adjudicacio?n de la APP del Canal del Dique, se incrementara?n los dan?os ambientales y se impactara? negativamente la calidad de vida y las condiciones econo?micas de nuestra regio?n. Esta? en juego la vida, el futuro del territorio y la competitividad del pai?s. A continuacio?n, lo explicamos:

  • Las poblaciones que ocupan la planicie adyacente al Canal del Dique esta?n expuestas a las inundaciones provocadas por las crecientes del ri?o y las lluvias. Este peligro esta? asociado al ciclo del agua, la elevacio?n del nivel del mar, las modificaciones a las orillas, los cambios desde la rectificacio?n del canal, los procesos meteorolo?gicos, la poca capacidad del cauce con relacio?n al agua que se desvi?a del ri?o Magdalena, y todo esto agudizado con el cambio clima?tico. Como la planicie del Dique abarca 1.600 km 2, significa que un de?cimo de las aguas del ri?o debe circular por un a?rea 171 veces ma?s pequen?a que la cuenca que las produce (ONU Ha?bitat, 2017). Justamente, esta fue la principal problema?tica que origino? el proyecto, siendo uno de sus objetivos el control de inundaciones y del nivel de aguas del canal.
  • Durante las e?pocas de sequi?a, el agua salada del Mar Caribe ingresa al Canal del Dique afectando la calidad del agua dulce de uso dome?stico y agropecuario de las poblaciones alli? asentadas, asi? como a la fauna y la flora. En mediciones realizadas por Cardique en 2016, luego del Feno?meno del Nin?o, se evidencio? que en algunas zonas del Canal habi?a presencia de salinidad, cuando en condiciones normales la salinidad superficial del Dique es de cero. Este feno?meno puede afectar gravemente a los acueductos de la regio?n, y pone en alto riesgo la disponibilidad de agua potable para toda la ciudad de Cartagena de Indias. La construccio?n de las esclusas busca regular la dilucio?n del agua de mar y del ri?o, y por lo tanto, controla tambie?n la intrusio?n salina al Dique.
  • Las ampliaciones y rectificaciones que ha recibido el canal del Dique desde su primera construccio?n en S.XVII han aumentado significativamente los aportes de sedimentos del Canal del Dique a la Bahi?a de Cartagena; en la u?ltima de?cada el incremento se estima en un 48% (BASIC, 2021). El impacto se ha extendido a la bahi?a de Barbacoas y a los arrecifes vecinos del Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo. La continua sedimentacio?n ahoga los corales y estimula el crecimiento exagerado de algas (PNN, 2020).
  • El Canal del Dique tambie?n contribuye a la contaminacio?n de estos ecosistemas con el vertimiento de metales pesados como cadmio, ni?quel, plomo, cobre, arse?nico y zinc, adicionales a vertimientos de coliformes, excesos de nutrientes y la deficiencia de oxi?geno (BASIC, 2021). Desde los an?os 80, se han evidenciado los cambios en la composicio?n arrecifal debido a las descargas fluviales del Canal del Dique, explicado tanto por los sedimentos como por la calidad del agua (PNN, 2020). En este sentido, existe una sentencia de 2020 proferida por el Consejo de Estado que obliga a los gobiernos nacional y distrital, y a otros actores, a recuperar la Bahi?a de Cartagena.
  • Tambie?n las cie?nagas han perdido su capacidad amortiguadora debido a la desecacio?n y las obstrucciones en los canales o can?os de interconexio?n ri?o-cie?nagas. Como resultado, ma?s caudal corre por el mismo cauce, el agua tiene menos espacio para explayarse por lo que se eleva su altura y el nivel de desbordamiento se alcanza ma?s frecuentemente. Algunas de las causas asociadas con esta problema?tica tienen que ver con los dragados que afectan las orillas y conexiones con las cie?nagas, las intervenciones a las cie?nagas para formar playones, y los rellenos para ocupacio?n de orillas del ri?o y cie?nagas. Es vital la regulacio?n activa del ingreso de caudales al sistema, entre otros, porque la creciente renueva conexiones con las cie?nagas y sus aguas, restaura ecosistemas y da ma?s espacio para el levante de especies acua?ticas, favoreciendo la actividad pesquera de la comunidad (ONU Ha?bitat, 2017).
  • La evaluacio?n socioecono?mica del proyecto contempla la generacio?n de nuevas oportunidades: ahorro en costos por prevencio?n de inundaciones catastro?ficas, desarrollo de actividades agri?colas por menor riesgo de inundacio?n y las posibilidades de riego, ahorro en costos de transporte de carga, generacio?n de empleo local en las obras previstas (estimado en 61.766 empleos directos e indirectos), mayor desarrollo de actividades turi?sticas en las zonas aledan?as (actividades bioculturales, y para el caso de Cartagena, se proyecta mejora en la condicio?n de playas), incremento de produccio?n pesquera, disminucio?n de emisiones de CO2 (transporte fluvial vs carretero), recuperacio?n y mantenimiento de funciones ecolo?gicas deseadas como el abastecimiento de agua para usos de la comunidad y garanti?a de recursos hi?drico para los ecosistemas (ANI, 2021).
  • La Justicia Especial para la Paz ha solicitado informacio?n sobre el proyecto para realizar recomendaciones en el marco de su actuacio?n en clave de verdad, justicia y reparacio?n. En este sentido, las obras previstas al controlar el acceso de caudales facilitara?n las actividades forenses en la zona; por otra parte, se espera que el proyecto contribuya a la conformacio?n y el fortalecimiento de los espacios de seguimiento y desarrollo de la subregio?n, asi? como su articulacio?n con las instancias encargadas de esclarecer y atender estos hechos que tienen un alto valor social.
  • El proyecto tiene 9 (de 10) objetivos ambientales y sociales, el de?cimo contempla el cumplimiento de los primeros nueve sin cerrar la navegabilidad. No obstante, algunas navieras se oponen al proyecto porque consideran que al construir las esclusas se restringe la capacidad de carga del Canal del Dique. Sin embargo, el disen?o del proyecto contemplo? la manera en que se efectu?a la navegacio?n fluvial en el presente y se proyectaron escenarios a 100 an?os, para lo cual se establecio? como o?ptimo un taman?o de esclusas que permitieran el paso de convoyes de seis barcazas (2x3). Sin duda, estas navieras prefieren no asumir el costo del fraccionamiento de convoyes ma?s grandes o de operar embarcaciones bajo el taman?o de disen?o, y proponen mantener la situacio?n actual de no limitar la capacidad de carga actual del Canal, o realizar un proyecto ma?s costoso pensado principalmente para el movimiento de carga.

El ma?s reciente argumento en contra de la APP del Canal del Dique es la adjudicacio?n a tres di?as del cambio de Gobierno, sin embargo, el proyecto ha surtido un proceso riguroso en su disen?o, estructuracio?n, participacio?n y licitacio?n, que ha tomado hasta el momento 3 peri?odos presidenciales. El proyecto se priorizo? tras la ola invernal de 2010, por las emergencias invernales y las rupturas del Dique, y su disen?o fue solicitado en 2013 por el Fondo Adaptacio?n a una de las firmas de ingenieri?a con mayor solidez te?cnica y experiencia del mundo, la holandesa Royal HaskoningDHV. En 2015 se recibieron los disen?os, y en 2017 inicio? la estructuracio?n. El Gobierno actual logro? concluir 16 consultas previas, cerrar la estructuracio?n del proyecto, y abrir la licitacio?n internacional.

Por lo anterior, reiteramos nuestro agradecimiento con el Gobierno Nacional, sus funcionarios y todas las personas que han contribuido a lograr que, tras 12 an?os de trabajo, finalmente hoy las obras del Canal del Dique se encuentren pro?ximas a ser una realidad. Si la propuesta recibida cumple con todos los requisitos de ley, instamos al Gobierno a cumplir con los plazos establecidos en el cronograma y proceder con la adjudicacio?n.

La implementacio?n de la APP Canal del Dique traera? importantes beneficios sociales, ambientales y econo?micos a las comunidades aledan?as. El proyecto beneficiara? a 1.5 millones de personas en ocho municipios del Atla?ntico (Campo de La Cruz, Candelaria, Luruaco, Manati?, Repelo?n, Sabanalarga, Santa Lucia y Suan); diez municipios de Boli?var (Arjona, Arroyohondo, Calamar, Cartagena de Indias, Mahates, Mari?a La Baja, San Cristo?bal, San Estanislao, Soplaviento y Turbana); y un municipio de Sucre (San Onofre).

Fin del comunicado.